Una carta para usted del ministerio

Cuando usted ora, ¿lo hace seguro de que Dios le contestará? ¿O se pregunta si acaso Él lo escucha? ¿Es su vida de oración fructífera y satisfactoria? ¿O su tiempo con el Señor es un tanto desalentador, lleno de peticiones sobre necesidades y deseos insatisfechos? Si usted ha tenido una lucha durante sus devocionales personales, quizás eso signifique que hay una falla en la manera en la cual se ha estado comunicando con Dios.

 

La mayoría de nosotros sabe lo que se siente al agonizar en oración sobre un problema que confrontamos. En Mateo 7.7-8, Jesús les enseñó a sus discípulos una importante verdad. Él no dijo: «Orad y recibiréis». Más bien, nuestro Señor usó tres palabras específicas para enseñarles a sus discípulos sobre la práctica de la oración: pedid, buscad y llamad. Orar no es algo que hacemos sólo cuando hay una necesidad apremiante. Implica todo un proceso específico.

 

Comenzamos con entregar nuestra petición ante el Señor y pedir que nos revele si es o no su voluntad. Luego debemos buscar su respuesta: ¿Cómo está Dios abriendo nuestros ojos a nuevas opciones? ¿Cuáles puertas de oportunidades nos está presentando? ¿O es que nuestro Padre quiere que tomemos tiempo en oración para conocerlo? Una vez que Él nos dirija hacia un plan de acción, debemos salir en fe. Debemos obedecer a Dios al tocar las puertas que Él quiere abrir para nosotros. Es entonces cuando nuestras oraciones son contestadas y nuestra fe en Él crece. Quizás sea un proceso largo, pero nuestra obediencia al Señor siempre trae bendición.

 

¿Quiere aprender a interceder más eficazmente? Mi esperanza es que los recursos disponibles por medio de nuestra página www.ministerio.it le ayuden en esta área tan importante. Agradezco sus oraciones por el Ministerio de capellania mientras llevamos el evangelio alrededor del mundo.

 

Fraternalmente Dr.Lafòn L.o