En Génesis 45:3 vemos que José no era reconocido por sus hermanos. El cambio producido por Dios en su vida había sido tan profundo que ni su propia familia lo pudo reconocer. Pero, por otro lado, sus hermanos estaban iguales. Con las mismas derrotas de siempre. La diferencia radicó en que José había permitido que todo lo que le había pasado produjera un cambio para mejor en su vida. Lo que nos transforma verdaderamente es la presencia de Dios.
Y aquí en la iglesia es donde está el clima apropiado para que des el fruto que Dios ha sembrado en tu corazón.
Hoy muchas cosas en el mundo han cambiado para peor, como por ejemplo la inseguridad, y demás… pero todo eso, aunque parezca imposible, puede cambiar; la respuesta es Jesucristo. Tenemos una misión y es la de presentarlo a quienes conocemos porque si Dios entra en las vidas, los planes del enemigo serán desbaratados. Hagamos que lo mismo que vemos en los cultos, la alegría, los milagros, el canto y la Palabra de Dios recorran toda la ciudad! Si tú has podido llegar a la iglesia, también los que te rodean pueden hacerlo!
No seas como Eutico, que se durmió en medio de la prédica de Pablo. No te distraigas con cosas del mundo. Muchas veces las personas, tal como los hermanos de José no cambian porque dejan que las circunstancias guíen sus vidas y no se enfocan en Jesús. Alíneate con la visión de la iglesia y no dejes que tu camino se desvíe.
Dios te ha mudado a otro reino
Si leemos el texto de hoy en Colosenses 1:12 veremos que Pablo enseña acerca del agradecimiento. Él tiene gozo de poder escribir la Palabra inspirada por Dios; la cual era tanto para los cristianos en Colosas de ese tiempo, como también para ti hoy.
Uno tiene que estar agradecido por todo lo que Dios ha hecho en cada una de nuestras vidas.
¿Y cuál era nuestra posición antes de conocer a Dios?
1) Según Efesios 2:1, estábamos muertos espiritualmente.
No teníamos la capacidad para discernir lo que era bueno. Es por eso que no teníamos paz y el gozo dependía de buenos momentos. Lo primero que produjo el Señor en cada vida fue una liberación espiritual. El espíritu de derrota y muerte tuvo que irse para darle lugar al Espíritu Santo en tu vida.
2) En Isaías 59:2 dice que estábamos separados de Dios.
Cargábamos desde el día que nacimos con la herencia del pecado y así vivíamos teniendo una comunión nula con Dios. Las oraciones no eran contestadas. Sin embargo, ahora no solo que Dios oye nuestro clamos sino que también tenemos derecho a reclamar las promesas por ser hijos de Dios. Es por eso que tienes que orar con fe porque Dios hará cosas maravillosas en tu vida! La situación ha cambiado y para mejor!
3) En 2 Tesalonicenses 1:8-10 vemos que antes estábamos bajo condenación.
Antes tu camino te estaba llevando a un futuro de perdición y muerte pero hoy ha cambiado el panorama porque el Señor te ha rescatado de ese destino. Es muy importante entender que antes vivíamos en pecado porque éramos hijos del pecado, pero ahora, Dios te ha mudado a su reino por amor, para que puedas disfrutar de sus bendiciones y te puedas preparar para lo que viene.
¡¡Alégrate porque eres libre!!
Cristo nos ha reconciliado con el Padre y eso es algo tan maravilloso que por eso que Pablo declaraba que no podía dejar de estar gozoso.
Ya no le perteneces más al enemigo, ya no tienes que vivir en cárceles espirituales sino que tu destino es de luz, de amor y felicidad. Jesús, por amor, ha quitado todas las barreras que te alejaban de Dios y has sido adoptado como su hijo para disfrutar de su herencia de bendición!
Eres parte de la familia de Dios. Él ha cambiado todo para bien!
Has sido justificado y regenerado
Y ese gran cambio comenzó el día que decidiste abrirle tu corazón a Jesús. En ese mismo momento el pasado quedaba atrás y se producía el milagro de la justificación (donde el Señor te sacó la culpa y te declaró justo) y la regeneración (que es el cambio, según vemos en Romanos 5, es la transformación interna). Solo Dios puede dar una paz que no tenga límites y que no dependa de las circunstancias.
Por ser parte de la familia de Dios, también eres heredero de sus promesas. Nuestro Dios Todopoderoso te va a bendecir con abundancia y multiplicación!
Cuando Dios le hizo la promesa y el juramento a Abraham, no solo le estaba prometiendo bendición a él sino también a todos sus herederos. Créele a Dios y tómate de la promesa y el juramento. Aférrate a ellos porque es como un ancla que nos afirma al trono de Dios.
Hemos sido librados de la incredulidad y la condición en la que estábamos ha cambiado para siempre. En Lucas 4:18, Jesús declaraba su propósito aquí en la tierra. Tal vez muchos, aunque sin haberlo notado, estaban en cárceles espirituales y necesitaban sanidad. Es por eso que el apóstol Pablo decía que fuimos librados de la cautividad de las tinieblas; el diablo tenía jurisdicción sobre nuestras vidas y todo giraba en torno a sus planes. ¿Qué sucede en cada hogar cuando se cierra la puerta? Tal vez reina la depresión, la violencia, los vicios, la soledad o la maldad, el enemigo estaba en autoridad de tu destino hasta que Dios apareció en tu vida.
El enemigo quiso llevarte a la destrucción, pero Jesús te ha librado de ese destino eterno de derrota y de separación hacia Dios. Has sido perdonado y rescatado!
Hoy comienza un nuevo tiempo
Si lo decides, puedes comenzar un nuevo tiempo, donde vivas de acuerdo al reino de Dios, guiándote por el perdón, el amor y la amistad. Si perdonas a quienes te lastimaron en el pasado, tendrás victoria en el futuro! A través de Cristo, Dios te ha perdonado y también te ha librado de la muerte y del enemigo. Dios ha cambiado las cosas para mejor!
Deja de lado los reproches y las acusaciones, porque eso afecta tu propia vida. El cambio es proyectarse hacia lo que viene que es para mejor! Prepárate para eso y deja el pasado atrás. Abre tu corazón y cree en sus promesas y en su Palabra.
Todo lo que ha declarado sobre ti, será para bien! Deja que Dios provoque esos milagros y esa transformación en tu vida. Deja que Dios quite la derrota porque lo que viene es más grande y poderoso! Lo que no has podido cambiar, deja que el Señor lo haga, pídeselo de todo corazón. Que todo sea hecho nuevo. ¡Este es el momento de la transformación!
Preguntas de reflexión:
1- ¿Por qué José estaba irreconocible y sus hermanos no?
2- ¿Has cambiado en este tiempo para mejor? ¿O todo lo contrario?
3- ¿De qué cosas nos ha librado el Señor?
¿Para qué crees que Dios te ha mudado de reino?