“No siempre habrá oscuridad”

Texto: Isaías 8:21-22 y 9:1-7

 

Entre el capítulo 8 y 9 de Isaías, vemos el contraste de lo que hoy representa el pesebre para nosotros. A pocos días de festejar la Navidad y de comenzar el nuevo año, vemos como el nacimiento de nuestro Señor Jesús ya había sido profetizado 400 años antes de su cumplimiento.

 

Y hablando de nacimiento, el hecho de presenciar la llegada de un bebé al mundo, es algo muy fuerte y emotivo, pues es la culminación de un tiempo de espera, de preparación y también de dolor.

 

De igual manera, Dios quiere que en tu propia vida, lo que se ha estado preparando en ti, salga a la luz. ¡Dios quiere hacer cosas nuevas en tu vida!

 

Tal como dice en el versículo de Isaías 9:7, el celo de Jehová cumple lo que promete. Lo que Dios declara, se hace realidad, porque ¡tiene poder para hacerlo!

 

En el capítulo 8 vemos como el estado del hombre era deprimente, maldecían al gobierno y también a Dios, lamentaban del día de su propio nacimiento. Pero en el capítulo 9 el profeta declara: “Pero no habrá por siempre oscuridad”

Puede ser que no estés pasando tu mejor momento, puede ser que hayas sufrido mucho, pero hoy el Señor te dice: “No siempre habrá oscuridad”. No siempre estarás con angustia y dolor! Porque el celo del Señor se ha propuesto hacer una obra grande con quienes le abren su corazón!!

 

Así como un día, Dios proclamaba que un niño nacería y sería llamado príncipe de paz, admirable, Emmanuel (que es Dios con nosotros), así mismo esta palabra que estás escuchando es para que la guardes en tu corazón y creas en ella. Dios tiene muchas cosas por hacer nacer en ti todavía. Este es un tiempo de nacimiento!

Pero, ¿Cuáles son las etapas que preceden al nacimiento?

 

Las etapas que preceden a un nacimiento son las siguientes:

 

1-                      La concepción.

Todo nacimiento natural y también espiritual, tiene que comenzar con la concepción.

Lo que espiritualmente, quiere hacer nacer Dios en ti, tiene que ser concebido primeramente en Su voluntad.

 

A través de la oración, el Señor ha estado y seguirá depositando sueños y proyectos en tu corazón para que se hagan realidad. No es tu voluntad, sino que es la voluntad de Dios en tu vida!

 

Y tal como bien sabemos, todo lo que hace Jesús, lo hace bien. Es por eso que lo que se ha estado gestando en ti a través de la oración y la comunión con el Espíritu Santo, se está preparando para nacer muy pronto!

 

Dios te ha rescatado y te ha levantado porque tiene muchos planes para hacer nacer en ti! Y ya ha depositado un sueño, una esperanza, algo que se está preparando para el tiempo justo de su nacimiento.

 

2-                      La gestación.

La gestación es el respetar los tiempos. Es una etapa de espera, de formación.

 

Es por eso que aunque todavía no veas el sueño hecho realidad, ¡no abortes lo que Dios está gestando en ti! Sino que debes seguir esperando y creyendo, porque sin duda el celo de Su palabra lo hará realidad!

 

En los tiempos de Jesús y durante muchos años, Israel tuvo que soportar la opresión de los romanos. Y justo en el momento donde parecía que ya no soportarían más, donde ya no había ni luz ni esperanza, es cuando en un humilde pesebre nació el Salvador del mundo!

 

Dios ya ha depositado esa victoria en tu vida! lo único que tienes que hacer es esperar.

Puede ser que se presenten batallas, pero nunca dudes de que si sigues confiando en tu Señor, en el tiempo indicado, verás nacer lo que estuviste esperando!

 

No detengas el plan de Dios. No te desanimes porque Él es fiel para cumplir su promesa.

 

Muchos profetizaron la llegada del Mesías al mundo, los pastores vieron al ángel, los magos vieron las señales en el cielo y al fin lo que por muchas generaciones habían esperado, llegó a su cumplimiento. Hoy la profecía es acerca de tu vida:

No habrá por siempre oscuridad!

Sigue confiando, sigue dejando que el Espíritu de Dios te prepare para el nacimiento de lo nuevo! El Señor te ha librado del yugo de la maldición y el pecado, Él está desbaratando cada día las maquinaciones del enemigo! Pero aún ¡te espera lo mejor!

 

3-                      El alumbramiento.

El nacimiento también está relacionado con el dolor que rápidamente se transforma en alegría. Esos tiempos de lágrimas y quebranto, serán transformados en tiempos de gozo y júbilo!

 

Dios lo hará posible y será visible lo que por tanto tiempo se ha estado gestando en oración y súplica. Los demás podrán ver lo que el Señor ha hecho en ti. Los dones, la unción, la prosperidad, los milagros todo lo que el Espíritu Santo ha depositado en tu vida, está a punto de nacer!

 

¡El 2009 es un tiempo de alumbramiento!

 

Estás por ver cosas nuevas! Porque el que ha comenzado en ti la buena obra, ¡la va a perfeccionar hasta verla completa!

 

Esta no es solamente una clase de célula sino que es una palabra de Dios para tu vida. Lo que el Señor ha depositado en ti, has creído y estás dejando que se forme, verás como delante de tus ojos se hará realidad.

 

Y así como tantos hombres fueron levantados y ungidos para una época específica, así como Ester que fue levantada y preparada para frenar los planes destructores del enemigo contra el pueblo de Dios, tú has sido preparado y levantado para esta generación. Es tiempo de consagrarse más y más, de buscar al Señor como nunca antes porque lo que parecía que jamás se iba a dar, está por salir a la luz!

 

¡Eres parte de la iglesia victoriosa! Dios es tu sanador, tu fiel consejero, tu príncipe de paz,  tu luz admirable, el que hace milagros y pelea por ti! Ríndete a su voluntad para que Cristo viva en ti cada vez más visiblemente. Deja que se desate todo lo que ha sido depositado en tu corazón!

 

Las cosas viejas ya han pasado, ¡todas son hechas nuevas! Estás por ver la mano poderosa de Dios en aquello que estás esperando!

 

Preguntas de reflexión:

1-                      ¿Cómo estaba el pueblo cuando llegó el Mesías?

2-                      ¿Has estado en tinieblas? ¿Cuál  es la palabra profética para ti?

3-                      ¿Cuáles son las etapas previas al nacimiento? ¿Las puedes identificar en tu vida?

¿En qué etapa estás? ¿Lo vives con fe?