Cuidemos el clima espiritual
Luego del cautiverio, los hijos de Israel volvieron a Jerusalén. Allí pudieron comenzar a reconstruir el templo de Dios. Pero grande fue el contraste entre los ancianos y los jóvenes porque unos habían visto la majestuosidad del primer templo, mientras que los otros, por primera vez tenían la posibilidad de edificar un lugar de adoración para Dios. Sin embargo, prevaleció el desánimo ya que la obra terminó por detenerse aproximadamente 15 años. Solo veían las piedras quemadas. Fue entonces que se levantó el profeta Hageo (Hageo 2:7) para declarar que en esa casa, más modesta, se presentaría el mismo Mesías…